Era otra inhóspita tarde
de realidad sin consuelo.
Yo miraba a cualquier parte
sin ver. Y surgió tu cuerpo
súbitamente y tus ojos
y tu boca y tu cabello.
¿Quién eres tú, quién? ¿De dónde
venías a este mundo yerto?
Nada existía antes de ti.
Tú eras, de pronto, el deseo
y la vida y la hermosura.
Se enamoró el viento.