Si yo pudiera, tristeza

jueves, 24 de julio de 2014




Si yo pudiera, tristeza
mía, darte un ayer muerto
(ansiada tristeza, carne
de fruto verdadero
madurado en rama viva
de savia, de tierra y viento)
para mis labios entonces
qué dulce tu desconsuelo,
qué plácido al corazón,
tristeza, tu llanto auténtico.

Si yo pudiera, tristeza
mía, darte mi ayer muerto:
pero no hay savia que fluya
en ti ni tierra en mi huerto.
Sueño de ayer, sueño errante
de mañana, siempre sueño,
mi corazón es camino
sin final y sin comienzo.

¡Hondo ayer nunca vivido!
En el corazón enfermo,
qué darte, tristeza mía,
solo si tristeza tengo.

Oro y paz

miércoles, 23 de julio de 2014



Oro y paz, serena
la tarde pasaba
de tu adiós; la tarde
de tu adiós, amarga.
Tú me sonreías
(¡qué triste!) y callabas.

Como una promesa
inútil y lánguida
me dabas, amante,
tu última mirada.

Oro y paz, serena
la tarde pasaba.
Tú me sonreías
(¡qué triste!) y callabas.

(C) Luis Rius

Soledad

lunes, 21 de julio de 2014



Soledad, tú y yo
en la tarde muerta.
Compañera mía,
triste amiga vieja,

tú y yo nuevamente
juntos en la espera;
mas hoy ya no hay lágrimas
que alivien la pena
ni vagos recuerdos
que nos adormezcan.
Todo se ha olvidado.
Todo. No me queda
ni un solo suspiro
ni una sola queja.
Hoy duele más hondo
el corazón, llega
más claro el silencio,
la vida más lenta.
Y no sé por qué,
si es la misma pena
y es el dolor mismo
de la misma ausencia.
Sé que es todo igual,
triste compañera,
pero hoy siento el alma
como si estuviera,
con mayor cansancio,
mucho más serena.
Y es que hoy, vieja amiga,
estamos más cerca,
soledad, tú y yo
en la tarde muerta.

(C) Luis Rius

Canción de amor y sombra

jueves, 10 de julio de 2014



Canción de amor y sombra

Quiero sembrarme en ti. No me conformo

con tu piel, ni con tu risa, con tu aliento.

No me bastan tus ojos y tus labios.

Tu sangre quiero.

Tenderte junto a mí,

desmadejar tu pelo

sobre el césped, sentirlo embravecido

como el torrente negro.

Deslizar mi silencio por tu lengua.

Beber de ti en tus pechos.

Surcarte libre, único, infinito,

como el barco en el mar y el pájaro en el cielo.

Enamorar tu entraña con mi entraña.

Herir de paz tu cuerpo.


Yo callo triste, tú besas mis manos,

mientras gime de amor mi pensamiento.




(C) Luis Rius

Voy del amor a la sombra

lunes, 30 de junio de 2014



Voy del amor a la sombra
y de la sombra al amor.
Noche con amor es más
que día, y luna que sol;
es más el cuerpo que el alma,
los labios que el corazón.
Pero sombra soy, soy sombra
que huye de sí misma, y no;
el amor me la enamora
y ella enamora al amor.
Cuanto más enamorada
más mía es mi sombra, y no.

(C) Luis Rius

Aparecía de pronto


Aparecía de pronto
la eternidad, y se iba.
La eternidad en la tarde
y en tu voz estremecida.
A tu cuerpo libre y fino
el amor lo sometía.
La muerte vagaba lejos
sin rumbo ni compañía.
El amor es de los cuerpos
jóvenes a maravilla,
está en los labios lozanos
y en las turbadas caricias.
Amor eterno nacido
y olvidado el mismo día,
la misma tarde callada,
la misma hora desasida
en que aparecía de pronto
la eternidad, y se iba.

He leído las cartas ya amarillas





He leído las cartas ya amarillas
de antiguo amor y puros corazones
-uno era el mío- y en cavilaciones
traspaso de la noche las orillas.

Tuvo, sí, lo pasado maravillas;
la vida la habitaron ilusiones;
vivir fue bueno; dio el amor razones
más a los sueños que a las pesadillas.

Amé firme, entregada, largamente;
lloré de amor y sonreí; creía,
esperaba, continuo e impaciente.

Sí, fui una vez aquel que todavía
recuerdan estas cartas.
                                    ¡Ya detente!,
dolor; ya es otra hora, es otro día!

(C) Luis Rius

Era otra inhóspita tarde

domingo, 29 de junio de 2014



Era otra inhóspita tarde
de realidad sin consuelo.
Yo miraba a cualquier parte
sin ver. Y surgió tu cuerpo
súbitamente y tus ojos
y tu boca y tu cabello.
¿Quién eres tú, quién? ¿De dónde
venías a este mundo yerto?
Nada existía antes de ti.
Tú eras, de pronto, el deseo
y la vida y la hermosura.

Se enamoró el viento.

Enrique Morente



(Poema no recogido en libro)

Es de barro su voz, es voz de arcilla
nacida con el mundo, voz lejana,
remota voz que de la tierra mana
indescifrable ya de tan sencilla.

Quemante soledad rompe la orilla
umbría del silencio y se desgrana
en esa voz terriblemente humana,
martirizada voz de seguiriya.

Oírla es recobrar el ser primero,
regresar al origen, a la fuente
en que el lanto fue luz y fue sendero,

nuestra verdad ganada nuevamente.
Todo lo que es el hombre verdadero
está en el cante herido de Morente.

Es una nostalgia solo


Es una nostalgia solo
lo que de ti guardo yo,
y me duele como espina
y me aroma como flor.
Y es mi soledad recuerdo
que alienta en el corazón,
tenue, sencillo recuerdo
de una mágica ilusión
que yo contigo soñaba
y solo en sueños llegó.

Porque el sueño no tiene la piel tuya



Porque el sueño no tiene la piel tuya
no he podido del todo amar tu sueño
(tu sueño sigiloso en la vigilia
que viene sin llamarlo y que me lleva
con él, lejos de mí, o el que, dormido,
entra de noche a oscuras en mis ojos
a despertarme el corazón).
                                       ¡Quién sabe,
si yo pudiera acariciar tu sueño
como a ti te acaricio con mis manos,
si no lo amara a él más que a ti misma!